martes, 18 de diciembre de 2007

The oximoron



ROMEO.- (Tomando la mano de Julieta.) Si con mi mano he profanado tan
divino altar, perdonadme. Mi boca borrará la mancha, cual peregrino ruboroso,
con un beso.
JULIETA.- El peregrino ha errado la senda aunque parece devoto. El palmero
sólo ha de besar manos de santo.
ROMEO.- ¿Y no tiene labios el santo lo mismo que el romero?
JULIETA.- Los labios del peregrino son para rezar.
ROMEO.- ¡Oh, qué santa! Truequen pues de oficio mis manos y mis labios.
Rece el labio y concededme lo que pido.
JULIETA.- El santo oye con serenidad las súplicas.
ROMEO.- Pues oídme serena mientras mis labios rezan, y los vuestros me
purifican. (La besa.)
JULIETA.- En mis labios queda la marca de vuestro pecado,
ROMEO- ¿Del pecado de mis labios? Ellos se arrepentirán con otro beso.
(Torna a besarla.)
JULIETA.- Besáis muy santamente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y quièn es Julieta ahí?

J dijo...

Yo evidentemente.
No notais mis rizos dorados???

Unknown dijo...

qué bonito.